Los vicios del malandra y mafia: El gato cogía con corbata prestada Macri, trío frustrado y papelón en bolas

Graciela Alfano revivió sus noches “clandestinas y cachondas” con Mauricio Macri en los 90, pero ni en el trío logró estar a la altura. 

Un expresidente con menos cintura que sus pantalones prestados. Eso fue Mauricio Macri en los ‘90 y eso sigue siendo. Ahora lo confirma Graciela Alfano, que decidió desempolvar uno de los capítulos más patéticos de la historia hormonal del “gato”.

La escena: Alfano cuenta que estaba en pleno striptease divino en el living, cuando el entonces empresario y futuro destructor serial de economías le propone un trío. Ella le dice que no, que ni en pedo, pero el tipo igual abre la puerta y se aparece con un tercero.

Ahí empieza el papelón. Grace, indignada, busca irse, pero no encuentra su ropa. Se había desnudado como diosa de los 90, pero tenía que huir vestida de Macri: se pone su corbata, su billetera y sale a tomar un taxi. ¿El gato? Se queda en bolas.

Y cuando ella le devuelve la ropa, él aparece vestido con la pilcha de Nicky Caputo, su amigo, testaferro y cómplice de toda la vida, pero 20 centímetros más bajo. Resultado: Macri, en calzones cortos, y una vez más, fuera de lugar.

Así era el Macri de los 90. Un tipo que ni siquiera podía organizar un trío sin que le explote en la cara.

Un pibe rico, torpe, con ínfulas de seductor, que no sabía pedir permiso, que confundía “clandestino” con “cagón” y “amante” con “impresentable”.

Y si esto parece solo una anécdota bizarra, recordemos que este mismo tipo, años después, fue presidente. El mismo que confundía gobernar con chapear, que se rodeaba de “amigos” como Caputo para meter negocios oscuros, y que se vestía con ropa que no le pertenecía: ni simbólica, ni ideológicamente.

Al final, todo cierra. El que se disfrazaba con las ropas de otro también se disfrazó de estadista.

Y nos mandó al bombo igual que en ese living. Solo que esta vez, no era un trío: éramos 45 millones mirando cómo el gato se ponía la ropa equivocada. Otra vez.

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