Sin preparación política, ve a Milei como “el enviado” y aspira a un Congreso que parece más un espectáculo de redes sociales que un espacio de debate serio.

En un presente distópico que transforma al Honorable Congreso de la Nación en un escenario de influencers y fervores místicos, Laura Soldano, una figura sin formación política, se postula como segunda candidata a diputada por La Libertad Avanza en Córdoba.

Su ascenso, impulsado por el prescindente Javier Milei, refleja la apuesta libertaria por rostros rimbombantes de redes sociales, pero carentes de preparación para un cargo de tal envergadura.

Lejos de ser un ámbito de deliberación, el Congreso parece convertirse en un reality o, peor aún, un cotolengo de egos y creencias esotéricas. Soldano, quien se define primero como madre, luego como influencer y finalmente como “despierta”, nunca imaginó un futuro político.

“Nunca me imaginé que iba a estar acá en política, jamás”, confesó en un streaming del diario Alfil. Su trayectoria incluye el fitness, un libro de nutrición y viajes a la India, donde acumuló miles de seguidores. “Yo siempre fui muy de comunicar lo bueno. En su momento hice el Metit, un programa de nutrición y entrenamiento. Casi 50.000 seguidores en 2013, 100.000 en 2015”, relató.

Sin embargo, abandonó las redes hasta que Milei irrumpió en su vida. “Vi a Javier antes de la elección y digo: esto hay que comunicarlo. Volví a mis redes con una foto de Milei y una bandera argentina, yo cero política, pero a full”, afirmó.

Su “despertar” político está teñido de misticismo. “Tuve todo un despertar y en una canalización, una meditación, sentí y vi todo esto”, explicó, asegurando que el algoritmo de YouTube, tras mostrarle una película espiritual, la llevó a un video de Milei. “La veo y digo: no, este es un enviado”, sostuvo.

Su devoción alcanza tintes religiosos: “No podía parar de llorar, era una cosa que sentí, no sé, que estaba Jesucristo ahí”, describió sobre su encuentro con el prescindente. Soldano habla de “registros akáshicos” y “fuerza del cielo” para justificar su fe en Milei, a quien ve como un salvador: “Es el enviado, a salvar el país, al mundo te diría”.

Sin experiencia en gestión o legislación, Soldano se sumó a la militancia libertaria tras una llamada de Gabriel Bornoroni, quien le encomendó coordinar el sur cordobés. “Me llamó a la oficina y me dijo que quería que ayudara a coordinar el sur, no Río Cuarto solamente”, relató.

Su tarea es unificar grupos dispersos bajo la dirección de Karina Milei y Bornoroni, con un “plan de acción” que lleva a los departamentos del sur. Frente a críticas por los ajustes del gobierno, Soldano defiende con fervor: “Bueno, lo sí están pero más adelante, es paso a paso. Déjenlo a Milei que ve el bosque y Argentina va a ser próspera, un faro de luz para todo el mundo”.

Su discurso, más cercano a una prédica que a un programa político, carece de propuestas concretas. “Yo no soy política, soy la ciudadana común, estoy al servicio”, repite, como si la falta de preparación fuera una virtud.

Desde su pasado en la agroindustria familiar y el fitness hasta su presente como candidata, Soldano encarna la estrategia de Milei: llenar el Congreso con figuras de redes sociales que, lejos de aportar al debate legislativo, convierten la política en un espectáculo de creencias y lealtades ciegas. Su convicción en Milei permanece “intacta”, y asegura: “Ya no hay vuelta atrás”.