La chorra de la ministra borracha al palo: La trama de corrupción de Patricia Bullrich sobreprecios, lavado y negocios turbios familiares

La ministra borracha fue agarrada con las manos en la masa. 

La Auditoría General de la Nación (AGN) reveló un informe demoledor sobre la gestión de Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri. Los hallazgos detallan un esquema de sobreprecios, compras directas sin licitación y desvío de fondos públicos, con un hilo conductor inquietante: el enriquecimiento súbito de su hijo, Francisco Langieri Bullrich, y su círculo íntimo.

El negocio israelí: drones inútiles y lanchas con sobreprecios escandalosos

El informe de la AGN expone cómo Bullrich aprovechó el Decreto de Emergencia de Seguridad (DNU 228/2016) para eludir controles. El caso más flagrante: la compra de equipamiento a Israel en 2016 por 90 millones de dólares, sin licitación.

Según se puede ver en los documentos exclusivos a los que accedió Enclave-Arg, Israel Aerospace Industries ofreció un sistema de vigilancia fronteriza con torres y drones por 29 millones de dólares, pero Bullrich pagó 35 millones de dólares. Las torres, inutilizables en la selva de Iguazú, terminaron abandonadas en Campo de Mayo. Además, se gastó un millón de dólares en cursos de capacitación para solo 12 personas, lo que equivale a 85 mil dólares por cabeza, sin justificación alguna.

En cuanto a las lanchas, la Facultad de Ingeniería de la UBA determinó que las cuatro embarcaciones Shaldag costaron un 138 por ciento más que su valor real, con un sobreprecio de siete millones de dólares por cada una.

La Oficina Anticorrupción denunció el caso en 2022, pero la causa (número 3541/2022) duerme en el juzgado de Julián Ercolini, conocido por archivar expedientes contra funcionarios macristas.

El G20: seguridad como excusa para el lavado

En 2018, bajo la excusa del G20, Bullrich y su equipo desviaron millones de dólares en compras irregulares. Ambulancias y uniformes fueron entregados meses después del evento, y las adjudicaciones recayeron en empresas sospechosas, como Nuctec, donde trabajaba la hija de un funcionario clave.

El subsecretario Martín Siracusa, uno de los responsables de las compras, recibió a proveedores antes de asignarles contratos, en una clara señal de direccionamiento. Hoy, muchos de los implicados, como Alberto Forij, Siracusa y Carlos Becker Fioretti, ocupan cargos en el gobierno de Milei. Becker, además, es dueño de la cadena Izakaya Sushi Pop, cuyo crecimiento explosivo coincide con su paso por el Estado.

El hijo de Bullrich: de funcionario a magnate gastronómico

Francisco Langieri Bullrich pasó de ser un empleado del Ministerio de Modernización a dueño del 95 por ciento de Tostado Café, hoy una cadena con 50 locales en tres continentes. Su enriquecimiento repentino genera preguntas: en 2018, declaró 171 mil 500 dólares como “venta de activos”, pese a no haber vendido nada; creó BetaConnect, una sociedad junto a su cuñada, vinculada a Juan Ignacio Onel, exdirector de Compras de Bullrich; compró Tostado SRL en 2016, cuando su madre era ministra, y en un año multiplicó las sucursales.

¿De dónde salió el dinero? La AGN sospecha que proviene de sobreprecios en contratos públicos.

La justicia que no actúa

Pese a las denuncias de la AGN y la Oficina Anticorrupción, los casos están paralizados en los juzgados de Ercolini y Martínez de Giorgi. Mientras tanto Bullrich repite el libreto con compras sin licitación, como los 2 mil 700 cascos usados para reprimir jubilados. Por otro lado, su marido, Guillermo Yanco, lobbista de armas israelíes, opera en la sombra.

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